Fue en noviembre de 2014 que la Escuela Politécnica Federal de Lausana logró reproducir en laboratorio la sensación de presencias extrañas asociadas a espectros con el objetivo de comprender algunos de los síntomas asociados a la esquizofrenia.
Como una herramienta más para buscar tratamientos a enfermedades mentales fue de gran utilidad, pero no brinda respuesta a los creyentes de los acontecimientos paranormales, sobre todo cuando personas en excelente condición mental los experimentan.
¿Cómo se logró la recreación de presencias paranormales en laboratorio? De acuerdo a los expertos que encabezaron el proyecto fue de utilidad un robot que a través del envío de señales a destiempo al cerebro logró reproducir ilusiones fantasmales, lo que llevó a los participantes del estudio a sentir presencias extrañas.
Los estudios publicados en la revista Current Biology tratan de explicar el porqué algunas personas experimentan la presencia de seres invisibles, principalmente cuando tienen trastornos neurológicos o psiquiátricos o bien personas saludables que son alpinistas, exploradores, supervivientes o personas que han enviudado.
El equipo de Olaf Blanke de la Escuela Politécnica Federal de Lausana atribuye esa sensación fantasmal a una alteración de las señales cerebrales sensoriomotoras implicadas en la generación de conciencia de uno mismo mediante la integración de la información de nuestros movimientos y la posición de nuestro cuerpo en el espacio.
En el experimento interfirió con la entrada de señales sensoriomotoras de los participantes de tal manera que sus cerebros ya no identificaban esa señales como pertenecientes a su propio cuerpo, sino como las de alguien más.
Los investigadores analizaron primero los cerebros de doce pacientes con trastornos neurológicos –en su mayoría epilepsia– que habían experimentado este tipo de ‘aparición’.
El análisis de resonancia magnética de los cerebros de los pacientes reveló interferencia con tres regiones corticales: la corteza insular, la corteza parietal-frontal y la corteza temporal-parietal. Estas tres áreas están involucradas en la autoconciencia, el movimiento y el sentido de la posición en el espacio y juntas contribuyen al procesamiento de señales multisensoriales que son muy importantes para la percepción del propio cuerpo.
Un experimento de disonancia
Los científicos llevaron a cabo un experimento de disonancia en la que los voluntarios, con los ojos vendados, realizaron movimientos con su mano delante de su cuerpo. Detrás de ellos, un dispositivo robótico reproducía sus movimientos, haciendo contacto con ellos en la parte posterior en tiempo real. El resultado fue una especie de discrepancia espacial, pero debido al movimiento sincronizado del robot, el cerebro de los participantes fue capaz de adaptarse y corregirla.
A continuación, los neurocientíficos introdujeron un retraso temporal entre los movimientos del participante y el tacto del robot. En estas condiciones asíncronas, que distorsionan la percepción temporal y espacial, los investigadores fueron capaces de recrear la ilusión fantasmal.
Los participantes no tenían conocimiento del propósito del experimento. Tan solo tres minutos después de que comenzara, los investigadores les preguntaron lo que sentían. Varios de ellos dijeron haber notado una presencia de manera clara e incluso contaron hasta cuatro fantasmas. "Para algunos, la sensación resultó tan fuerte que pidieron detener el experimento", señaló en ese entonces Giulio Rognini, líder del estudio.
"Nuestro experimento ha logrado reproducir la sensación de una presencia extraña inducida en laboratorio por primera vez. Esto demuestra que puede producirse en condiciones normales, simplemente a través de las señales sensoriales-motoras en conflicto", había explicado Blanke.
Según este neurocientífico, el sistema robótico “imita las sensaciones de algunos pacientes con trastornos mentales o de personas sanas en circunstancias extremas. Esto confirma que es causada por una percepción alterada de su propio cuerpo en el cerebro".
Además de explicar un fenómeno que es común a muchas culturas, el objetivo de esta investigación es comprender mejor algunos de los síntomas de los pacientes que sufren de esquizofrenia. Estos enfermos a menudo sufren de alucinaciones o delirios asociados con la presencia de entidades extrañas de las que pueden oír sus voces y sentir sus acciones. Muchos científicos atribuyen estas percepciones a un mal funcionamiento de los circuitos cerebrales que integran la información sensorial en relación con los movimientos de nuestro cuerpo.
“El cerebro posee varias representaciones de nuestro cuerpo en el espacio. En condiciones normales, es capaz de construir una percepción unificada del yo a partir de estas representaciones. Pero cuando el sistema funciona mal a causa de una enfermedad –o en este caso por un robot– esto puede a veces crear una segunda representación del propio cuerpo que ya no se percibe como un ‘yo’, sino como ‘otro’. Con información de SINC y BBC.
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