lunes, 14 de febrero de 2011

Científicos confirman la hipótesis de que al dormir se fija mejor el aprendizaje.

Recuerdo claramente que en los tiempos en que estudiaba la educación media superior, al saber que se avecinaba un examen, por ejemplo de derecho, en el cual se exponían conceptos que el profesor esperaba ver asimilados y plasmados por escrito, me preparaba un día antes con intervalos de descanso de aproximadamente una hora y otra de repaso para memorizar.

Sabía que, si me desvelaba de más, no rendiría lo que yo deseaba a la hora de la hora. De tal modo que, con todas las dudas de saber si pasaría satisfactoriamente la prueba por escrito, me iba a la cama temprano. El resultado era excelente y siempre obtenía 10 de calificación. Ahora resulta que esa forma de trabajar de mi cerebro tiene una explicación científica.

Investigadores de la Universidad de Lübeck, en Alemania, supervisados por Jan Börn, confirmaron la hipótesis de que los seres humanos reafirman el aprendizaje mientras se encuentran dormidos. Para fines de ese estudio se reclutaron a 191 personas voluntarias. Luego del proceso correspondiente, se comprobó que cuando una persona duerme su cerebro guarda en el hipocampo los conocimientos obtenidos en el día, lo que le faculta a recordarlos de mejor manera.

Los participantes en primera instancia aprendieron de memoria 40 pares de palabras. Luego, en otra parte del método, fueron instados a retener la posición de objetos y animales en diversas escenarios. Posteriormente, los integrantes del grupo de prueba se fueron a dormir y el de control no.

Los encargados del estudio anunciaron al grupo de personas que tomaron la siesta que sería sometido a una serie de preguntas. Al final, de manera sorpresiva, todos fueron sometidos a una evaluación.

Fue cuando se comprobó la hipótesis. Aquellos que durmieron presentaron mejores resultados. Quienes durmieron y fueron advertidos de la evaluación presentaron respuestas todavía mejores que los que únicamente habían dormido sin un anuncio previo de la prueba.

Consideraron los responsables del estudio que el cerebro hace una distinción entre conocimientos importantes y conocimientos sin importancia para lo que se necesita una concentración consciente en lo recientemente aprendido aunado a un estímulo emocional o un interés especial como puede ser el salir bien calificados en el examen.

El siguiente paso de los encargados de ese estudio es determinar cuáles son las estructuras cerebrales responsables de ese efecto detectado en los experimentos realizados. Lo que no termina de sorprenderme es por que dejaron pasar tantos años para realizar una investigación como esa cuyos resultados mejorarían las calificaciones de millones de estudiantes.

Por último, agregaría que el mezclar actividades atractivas con las horas de estudio también puede generar buenos resultados. Por ejemplo, puede estudiar durante una hora seguida. Luego, podría escuchar música, posteriormente otra hora de estudio. Luego, una vuelta a la esquina. Y así, sucesivamente, hasta acostarse temprano y presentar una buena prueba. ¿Por qué no lo intentas?

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