viernes, 21 de enero de 2011

Prueba de cáncer en sangre promete mejores tratamientos a enfermos.

Escuchar que personas enferman de cáncer y mueren a consecuencia de ello resulta atemorizante a quienes hoy se encuentran sanos debido a que es una enfermedad que puede atacar a cualquiera y a cualquier edad. Son varias las hipótesis para desarrollar ese mal entre ellas la genética, mala alimentación, radiaciones e incluso, descompensación crónica del reloj biológico y el estrés.

Ante ese panorama no queda más que preguntarnos si los avances médicos algún día serán lo suficientemente poderosos como para hacer frente a todo caso con el éxito esperado. En la actualidad, con pruebas de sangre, se puede detectar infinidad de patologías que van desde anemia y diabetes hasta las presencia del mortal virus de la inmunodeficiencia humana.

Incluso el SIDA parece tener un panorama menos desolador que el cáncer debido a que la conciencia colectiva ha redundado en la utilización de preservativos que frenan el avance del virus. Pero, y ¿el cáncer? ¿Cuándo se podrán tener avances significativos para evitar más muertes en el mundo por esa causa? Todo parece indicar que ese momento se adelanta un poco.

La comunidad científica al servicio de la medicina realiza pruebas sanguíneas con un alto grado de sensibilidad para la detección de una célula cancerosa entre miles de millones sanas. El objetivo es que el procedimiento pronto se encuentre disponible para todo médico y persona interesada. Los esfuerzos coordinados en esa materia están a cargo de especialistas de Boston respaldados por la gigante farmacéutica Johnson & Johnson.

La presencia de células cancerígenas en sangre significa que un tumor maligno se ha diseminado o se encuentra a punto de hacerlo y lejos de anticiparse a etapas avanzadas de este suceso biológico para espantar a los pacientes se busca actuar a tiempo para ganar las batallas al cáncer con un éxito casi asegurado debido a que se puede potencializar, transformar y focalizar el tratamiento para muchos tipos del padecimiento.

Médicos tienen la esperanza de que con las pruebas sanguíneas propuestas se puedan predecir los mejores tratamientos y saber de manera rápida si son eficaces. Para ser específicos se propone una especie de “biopsia líquida” para evitar una toma dolorosa de muestra de tejido y tener al mismo imágenes periódicas de escáner, dijo Daniel Haber, jefe del centro para el cáncer del Hospital General de Massachusetts y uno de los inventores de la prueba.

La expectativa generada se debe a que las pruebas tienen mucho potencial señaló el doctor, ajeno, pero interesado en el proyecto, Mark Kris, jefe de cáncer de pulmón en el centro del Cancer Memorial Sloan-Kettering en Nueva York. En la actualidad a los pacientes se les diagnostica la enfermedad mediante toma de biopsias con agujas y pese a lo doloroso del procedimiento las muestras casi siempre no son suficientes para determinar qué genes o variables controlan el crecimiento de un tumor.

Los médicos hasta hoy sólo aplican de manera ordinaria un tratamiento con fármacos o radiaciones y efectúan un examen computarizado con escáner para observar la situación del tumor. La espera puede ser de vida o muerte y es en ese punto donde se encuentra la problemática de alto número de defunciones. Al ser el cáncer una enfermedad progresiva y mortal se hace urgente la detección y su estudio rápido y preciso en cada caso para obtener un tratamiento eficaz.

"Sería extraordinario que se pudiera saber con rapidez que 'este medicamento está funcionando, continúese con él' o 'este medicamento no es eficaz, pruébese otro"', dijo el doctor Daniel Haber, jefe del centro para el cáncer del Hospital General de Massachusetts y uno de los inventores de la prueba.

Por ahora únicamente existe una prueba disponible para detectar células cancerígenas en la sangre pero sólo facilita una cuenta de ellas, No las aglomera para que sean analizadas y elegir los tratamientos. El interés en aglomerar células cancerígenas surgió hace cuatro años, después de que se publicara un estudio de la prueba efectuada en el hospital general de Massachusetts.

La forma de funcionamiento de la nueva prueba para detectar cáncer en sangre se describe simple, pese a la compleja investigación que tiene detrás. Los tumores siempre crecen en una parte del cuerpo. Las células se multiplican de forma desordenada lo que lleva a los sobrantes a propagarse en el torrente sanguíneo. La diseminación de esas células cancerígenas circula en la sangre a la espera de ser identificada. Al extraer esa sangre se le somete a una prueba con un reactivo específico el cual revela el resultado esperado. La prueba de cáncer obtenida haría posible identificar los genes o variables que controlan el crecimiento de la tumoración y el órgano del que procede lo que llevaría al procedimiento a reemplazar a las biopsias.

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