jueves, 20 de mayo de 2010

Crea equipo de Craig Venter la primera célula bacteriana con un cromosoma sintético.

Se crea en laboratorio la primera célula bacteriana viva sintética. "La llamamos sintética porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma sintético, creado con cuatro frascos de químicos en un sintetizador químico, comenzando con información en una computadora", explicó Craig Venter, coautor de la primera secuenciación del genoma humano, develada a principios del nuevo milenio.

Sin embargo, para Pat Mooney, director del ETC Group, organismo internacional privado de control de las tecnologías, con sede en Canadá, este trabajo es una "caja de Pandora". "La biología sintética es un campo de actividad de alto riesgo mal comprendida motivada por la búsqueda de beneficios", estimó el científico.

Especialistas de Estados Unidos, luego de una ardua investigación y trabajo, crearon la primera célula bacteriana viva con un genoma sintético. Con ese logro, queda abierta la ruta para la confección de organismos capaces de producir carburantes limpios o acelerar la producción de vacunas tan necesarias en un mundo con cada vez más nuevas enfermedades.

El logro, a decir de Craig Venter, impactaría sobre la definición de la vida y de su funcionamiento. "Esto se convierte en un instrumento muy poderoso para intentar diseñar lo que esperamos de la biología y pensamos en una gama muy amplia de aplicaciones", señaló.

Craig Venter ya había anunciado hace dos años que consiguió fabricar un genoma bacteriano 100% sintético. Para ello pegó secuencias de ADN sintetizadas para de esa forma reconstituir el genoma completo de la bacteria Mycoplasma Genitalium. Este genoma fue luego trasplantado a otra bacteria, pero sin que ésta pudiera funcionar.

Ahora bien, para crear una célula controlada por un genoma sintético, los investigadores tuvieron que retomar estas dos técnicas elaboradas en 2008. El genoma, ahora resultante, es la copia de un genoma existente, el de la bacteria Mycoplasma Mycoides, pero con secuencias de ADN adicionales para poder diferenciarlas. Posteriormente, trasplantaron el nuevo genoma sintético a otra bacteria, denominada Mycoplasma Capricolum, con lo cual se logró, por fin, activar las células de ésta última. Los 14 genes fueron borrados en la bacteria receptora del genoma sintético sin que perdiera sus características.

"Aunque estas técnicas pueden generalizarse, la concepción, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no serán obstáculos a los progresos de la biología sintética. La habilidad de escribir rutinariamente la ingeniería de la vida conducirá a una nueva era en la ciencia, y con ella, a nuevos productos y aplicaciones como biocombustibles avanzados, tecnología de agua limpia y nuevas vacunas y medicinas", aseguran los responsables del proyecto al mismo tiempo que llamaron al diálogo a todas las áreas de la sociedad, desde políticos hasta especialistas en bioética sobre ese extraordinario paso hacia la creación de vida artificial.

Por su parte, Pat Mooney señala que las formas de vida creadas en laboratorio pueden convertirse en armas biológicas y amenazar también la biodiversidad natural. Ante ello, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ya solicitó a sus asesores bioéticos un reporte sobre las posibles consecuencias de los avances del equipo de Craig Venter.

"Esta es la primera célula sintética que se ha creado (...) Esta es la primera especie que tenemos en el planeta que se replica a sí misma cuyo padre es una computadora", dijo el pionero del genoma, Craig Venter, quien lideró la investigación y consultó a muchos expertos en ética antes de comenzar.

Desde hace décadas científicos de todo el mundo ya manipulaban algunos genes de animales y plantas, pero es la primera vez que alguien cambia el genoma completo. El objetivo final de los investigadores, cabe destacar, es instalar en una bacteria un genoma elaborado en el laboratorio que le ordene realizar labores de utilidad para el ser humano.

El equipo científico de Venter, aspira ahora a sintetizar "la célula mínima que contenga sólo los genes necesarios para sostener vida en su forma más simple", explicó Daniel Gibson. Lo hará retirando fragmentos de ADN uno a uno hasta que se quede el genoma más pequeño posible, que se convertirá en una plataforma para analizar la función de cada gen esencial para el mantenimiento de la existencia de la célula.

El equipo de Venter usó células de levadura para unir los fragmentos, hasta tener la secuencia genética completa de Mycoplasma Mycoides y procedió a instalarla en la bacteria Mycoplasma Capricolum. Para dejar su marca, añadieron al genoma la dirección de internet a la que debe enviar un mensaje quien lo decodifique, los nombres de las más de 40 personas que trabajaron y algunas citas famosas. Toda una verdadera revolución científica con tintes de ficción que puede, incluso, utilizarse con fines bélicos.

Por último, es importante decir, que muchos especialistas enfrentaron las declaraciones de Craig Venter con una aclaración “la vida artificial está aún por nacer” ya que el nuevo descubrimiento es un paso clave pero no implica todavía la creación de la vida 100 por ciento sintética.

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