El triunfo que el suceso apuntó en honor de la ciencia fue decisivo en el rápido desarrollo de la tecnología puesto que la emisión generada a través de la estimulación de sustancias químicas no se dispersa en el espacio como lo hacen las ondas hertzianas y tiene muchas propiedades para generar sonido, imagen y sobrecalentamiento con propiedades cortantes muy útiles en cirugías de alto riesgo.
Fue en el año de 1961 cuando apareció el láser diseñado por C. H. Townes, Nikolai Basov y Alexander Prokhorov siendo un intenso rayo semejante a un hilo tendido en línea recta que al impactar sobre cualquier objeto era capaz de desgastar desde células vivas hasta diamantes. El antecesor de este invento, el máser, operaba a través de microondas por lo que fue menos potente y direccional, sin embargo basado en las teorías de Albert Einstein, sirvió de base para el despegue de la tecnología laser que en la actualidad conocemos.
El láser es producido cuando se estimulan energéticamente ciertas sustancias para que sus partículas absorban energía que más tarde se emite espontáneamente en forma de luz con el fin de regresar a su estado de reposo natural. La intensidad se manipula a través de la refracción con espejos y otros materiales entre los cuales se identifican el rubí o el neodimio; gases como el helio, el neón, argonkriptón o el bióxido de carbono y líquidos como el agua o el alcohol.
El rayo láser es una herramienta valiosa en la ciencia, tecnología e incluso las artes al tomar en consideración los altos beneficios sobre la combinación de colores y mayor precisión en el diseño de imágenes. La construcción y la arquitectura aprovechan también sus múltiples ventajas pues la perfecta línea recta que traza permite confirmar medidas exactas. Uno de los ejemplos fue su empleo para alinear los túneles subterráneos del Sistema de Transporte Colectivo Metro en el Distrito Federal. También se utiliza en dispositivos para detectar explosivos o estupefacientes al ser utilizado para detectar la “huella digital de un elemento químico”.
Sus propiedades han sido fundamentales en descubrimientos espaciales y la comprobación de la teoría de la relatividad de Albert Einstein al permitir llegar a grandes distancias para efectuar mediciones con base a la velocidad de la luz. El rayo láser también puede ser utilizado con fines recreativos, caso patente en obras de teatro, conciertos y programas de televisión. La gama de colores y de figuras que se pueden producir con ella son verdaderas obras de arte fugaces.
La industria del video y la música se vio también altamente beneficiada por el rayo láser. En la actualidad todos los tipos de discos compactos, incluyendo el CD ROM, los juegos de video y los DVD que casi han desplazado a las videocintas se basan fundamentalmente en esa tecnología. Por su parte la comunidad médica también aplica sus cualidades en rápidas operaciones oftálmicas sin riesgo.
Sin embargo, como cualquier descubrimiento tecnológico tiene sus desventajas. Su mala utilización y dependiendo de los materiales con que son producidos puede causar ceguera y lesiones de gravedad al dispararse accidentalmente a zonas sensibles de nuestro cuerpo. Es por eso que fabricantes de aparatos electrónicos basados en este principio advierten al consumidor de los riesgos que corren si se exponen a su dirección.
Otra de sus inconvenientes es que no puede ser utilizado de forma satisfactoria en el terreno de las telecomunicaciones. A diferencia del espacio estelar la transmisión de radio y televisión se enfrentan a obstáculos como las montañas y fenómenos climatológicos como lluvia, nieve o niebla la cual merman sus efectos de forma considerable.
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