jueves, 10 de septiembre de 2015

TranstornArte: Cuando las enfermedades mentales mezclan la ciencia y el arte.

Toda práctica médica está basada en una ética inquebrantable y definida. Sin embargo, existen frecuentes espacios en blanco, rara vez abordados, en donde se debate la necesidad de comunicarle a un paciente (y familia) que está desahuciado; es decir ¿cuándo hacerlo y qué tan ética debe ser la noticia? (Eliminando el “todo saldrá bien con suerte y tiempo”). Los autores suelen callar y se debate con timidez en las academias. Como ejercicio de ocio es inquietante pensar: "Si fueras médico y tuvieras en tus manos la salud mental de un paciente con una personalidad extrovertida e histriónica, ¿lo sanarías aunque fuera Salvador Dalí?

La depresión es un trastorno frecuente que el 15% de la población mundial tendrá al menos una vez en su vida.  Frecuentemente se tiene entre los 21 y 50 años de edad en un 50%, y es difícil de distinguir de otros trastornos y del tipo de depresión que existe.

Antes del siglo pasado, existió Vincent van Gogh. Un hombre con múltiples padecimientos que resultan difíciles de comprobar. Suele hablarse de depresión, bipolaridad, epilepsia y otros; su vida no fue fácil y presentaba un fenómeno donde los sentidos suelen mezclarse llamado kinestesia, saturando sus cuadros de azules y amarillos que vislumbraban la depresión que había en su vida mientras padecía ataques de migraña y episodios de manía.

En “Noche estrellada” se observan esos luminosos azules. Y si pones atención a la distribución de las estrellas y su luminosidad en sus cuadros (“Camino con ciprés y estrella" y "Campo de trigo con cuervos") encontrarás (como unos investigadores encontraron) que se sigue el patrón de la Teoría de la Turbulencia de forma exacta. En dicho experimento pixelearon el cuadro y a partir de los colores [rojo-verde-azul] formularon el peso a cada luminosidad y después obtuvieron la probabilidad en la función de distribución que dichas estrellas tendrían si estuviesen moviéndose de la misma forma que se mueve el azúcar en una taza de café al revolverse con una cuchara.

Hoy en día, su legado trasciende barreras y en los laboratorios se ha observado que los animales también tienen gusto por el arte Van Gogh, especialmente los abejorros, que suelen sentirse atraídos por un cuadro del artista (sobre otros de flores, colores y formas llamativas). Aunque ellos no ven sus flores de esa forma, sino en visión ultravioleta porque están adaptados con receptores para dicha frecuencia de luz. Es decir, Van Gogh logra engañarlas en un espectro.

La vida de Van Gogh no fue fácil porque pasó sus últimos momentos sin un reconocimiento de los artistas de su época. Además, estaba desesperado porque su salud le impedía lograr más éxitos y la medicina de 1890 no sabía cómo tratar la depresión.

Actualmente la depresión tiene múltiples tratamientos, sin embargo es una enfermedad que sigue siendo factor de suicidio y causa incapacidad en casos severos.

Nota: Si te interesó algún punto y quieres investigar, dejé agregado un vínculo donde te puedes informar más. Sígueme en Twitter como @RaCadaver

Te invito a consultar mis otras colaboraciones en este sitio. Una muy apasionante que nos hace ver como "polvo de estrellas.

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