jueves, 30 de octubre de 2014

Adrenalina y videojuegos de terror, fuente de placer físico y mental...

Estás solo en tu habitación en una noche de sábado. Ya viste todo lo que hay en el cine, terminaste de leer las novelas de Halo y tu novia está de viaje con su familia. Resignado, abres una botanita, calas los hoyitos que tu cuerpo ha marcado en tu sillón, te sientas y prendes el Xbox. Será una larga noche, solo tus juegos y tú.

De pronto, escuchas ruidos en tu puerta. “Debe ser un peatón borracho”, piensas. Sigues jugando. Solo se escucha el sonido de tu consola, la TV, tu respiración y los botones de tu control. La partida avanza, tu corazón se acelera y un estruendo en el baño te hace brincar como si tuvieras un resorte en el asiento.

Era el gato que tiró un plato. Regresas a jugar. Otra vez silencio. El viento entra por la ventana. Solo se escucha tu respiración. El Xbox, los botones… no hay algo más. Alguien más respira. Sientes como se hace cada vez más fuerte la respiración, llegando hasta tu cuello. Sudas, quieres voltear, pero el miedo te paraliza. El ser levanta su cuchillo de carnicero listo para poner fin a tu existencia y…. ¡NOOOOOO! ¡¡¡Le salió en Aro de la Muerte a tu Xbox!!!

Tiemblas, te levantas. Se va la luz en todo el vecindario y escuchas a tu hermano pegar un grito aterrador. ¡AUXILIO!, grita como desesperado. Vas a su habitación y vez en la pantalla del televisor al demonio burlándose escandalosamente… ¡¡¡Maldito, No Break… dejó la consola y el televisor encendidos!!!...

¿Por qué nos gustan los juegos de terror?
Son varias las causas de que las películas y los videojuegos de terror sean adictivos. Algunas psicológicas y otras biológicas, pero que en realidad convergen en una sola. Veamos: La adicción a la adrenalina que no solamente es producida por el miedo, sino también por el ejercicio, es una de ellas; se trata de una hormona secretada de forma natural por las glándulas adrenales ante una situación de peligro, la cual acelera el ritmo cardiaco, aumenta la respiración para una rápida oxigenación de la sangre, dilata las pupilas, aumenta la presión sanguínea, detiene el movimiento intestinal momentáneamente y eleva las reservas de glucosa para poder correr o ejecutar acciones a la defensiva.

La adicción a la adrenalina es producto de la euforia momentánea que produce acompañada de una máxima respuesta física y mental y una posterior liberación de endorfinas que inducen a la relajación. Tal situación requiere de estímulos cada vez más intensos debido a que la vida sedentaria y el estrés reducen los niveles de la hormona en nuestro organismo.

Otra de las causas que hacen que disfrutemos de los videojuegos de terror es inherente a los videojuegos por sí mismos. Vivir otros mundos y escapar de la cotidianidad, y que mejor con universos que nos hacen creer que existen dimensiones alternas o una aparente respuesta del que hay más allá de la muerte.

Es sensacional vivir por unos momentos el sentimiento de soledad y terror de la Mansión Himuro (Fatal Frame) o la dimensión alterna del pueblo de Silent Hill, en el que cada personaje tiene su propio infierno, como dice la misma Alessa Gillespi. De forma acertada apunta Sigmund Freud en sus obras: “si quieres soportar la vida, prepárate para la muerte” y los juegos de terror al menos nos hacen sentir que nos preparamos para eso, la muerte.

Esa inquietud, investigación y especulación por saber que hay más allá tiene su origen principal en el fallecimiento y evidente inexistencia física de nuestros seres queridos y su consecuente y lógica no aceptación por nuestro inconsciente. Por eso, juegos como Fatal Frame nos llenan de emociones, esperanza y una efímera sensación de saber que nos depara el destino, todo ello acompañado por la adrenalina que nos hace gritar por el temor a ser tocados por un espectro, que si bien no nos dañaría en la vida real, si nos haría perder tiempo valioso para conquistar el objetivo y la trama del título.

Debemos recordar que para Freud la muerte propia no se puede concebir, pues al intentar hacerlo se sobrevive como expectador. El inconsciente no cree en la muerte propia y se conduce como si fuera inmortal. Se admite la muerte y al mismo tiempo se desmiente. Por eso historias que hagan creer que eso es correcto nos produce un gran placer.

Otra de las causas de nuestra fascinación por las historias terroríficas es el miedo por sí mismo y desde luego estímulo para la producción de adrenalina. Es una de las emociones más primitivas cuya finalidad es mantener la alerta para evadir peligros e intentar sobrevivir. El mismo autor del libro Why We Watch: The Attractions of Violent Entertainment, Jeffrey Goldstein, explica que acudimos a ver películas de terror porque simplemente quieren sentir miedo con la descarga de adrenalina que ello implica.

Especialistas aseguran que más que una atracción por lo que provoca miedo es más bien un deseo por una necesidad e instinto primitivo. Los efectos a nivel cerebral y cognitivo llevan a experimentar emociones muy parecidas a una droga. En ese aspecto se explica el gusto por los juegos de zombies o asesinos seriales en los que la sobrevivencia es básica.

¿Los juegos de terror nos pueden hacer daño?
Para que te perjudiquen deberías de jugar por muchas horas y días seguidos sin descanso, sin interaccionar con otras personas o comer. Se debe saber que el exceso de descargas de adrenalina por tiempos prolongados se encuentra asociado a problemas del corazón, aumento de peso por su acción combinada con el cortisol, presión arterial, problemas del sistema nervioso y una mayor adicción, la cual puede llevar al consumo de estupefacientes y fármacos para experimentar que lo que se sentía en un principio.

Nueva generación. El terror se apodera nuevamente de las consolas…
Los videojuegos de terror son considerados dentro del género Survival Horror. Muchos han sido los títulos que han conseguido un nicho de seguidores. Entre ellos figuran tres clásicos. Las sagas Residen Evil, Silent Hill y Fatal Frame, pero no se pueden olvidar títulos como:

Sweet Home (Capcom – 1989), Alone in the Dark (Infogrames – 1992), Clock Tower (Human Entertainment - 1995), Eternal Darkness: Sanity’s Requiem (Silicon Knights – 2002), Curse: The Eye of Isis (Asylum Entertainment – 2003), Siren (SCE – 2003), ObsCure (Hydravision Entertainment - 2004), The Suffering (Surreal Software, Midway – 2004), Cold Fear (Ubisoft – 2005), Haunting Ground (Capcom – 2005), Rule of Rose (Punchline – 2006), Alan Wake (Remedy Entertainment – 2010), Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth (2K Games- 2005), Dead Space (Serie) (Electronic Arts- 2008-2013).

A la fecha, el género parece asaltar nuevamente a las consolas con la aparición de títulos como: The Last Of Us (Naughty Dog- 2013-2014), The Evil Within (Bethesda Softworks – 2014), Alien: Isolation (SEGA – 2014) y Outlast (Juego independiente – 2013), entre otros. Ahora ya sabes más razones por las que te gusten los videojuegos de terror que, a diferencia de las películas te hacen sentir que tienes el control, algo que también es fascinante. (Texto realizado por Gilberto Quiroz y Hugo Juárez) Síguelos en Twitter... @poketronik @Gilberto_Qp

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