Vacunas en nanocristales para resistir la temperatura ambiente*
Entre los proyectos presentados durante el evento “Vanguardia Tecnológica 2012, 2 Feria de la Innovación Tecnológica de la Ciudad de México”, cuyo objetivo es mostrar hacia donde se orienta la innovación y el desarrollo tecnológico en la Ciudad de México, el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Alfonso Vaca Domínguez, dio a conocer su desarrollo tecnológico para fabricar vacunas con nanocristales, la cual ya causó interés en laboratorios farmacéuticos internacionales.
A través de su ponencia Innovación en Vacunas: Nanocristales genéticamente codificados, explicó que el desarrollo de su tecnología se sustenta en el uso de los (Baculovirus) una familia de virus infectivos para invertebrados, que incluso son utilizados como bioplaguicida, caracterizados por la elaboración de cristales microscópicos en los cuales se resguardan por años.
“Esta tecnología la llamamos Proceso Universal, pues permite obtener y preservar en el interior de los cristales diversas proteínas o enzimas para uso humano, industrial o veterinario. Su ventaja es que permite producirlos en forma masiva a un bajo costo, de igual modo, posibilita obtener una sustancia altamente purificada, esto último es muy importante ya que garantiza la eliminación de contaminantes es un proceso sumamente costoso”, explicó el miembro del Instituto de Fisiología de la UNAM.
Vaca Domínguez refirió que el desarrollo consistió en determinar y aislar el gen que produce los cristales y con la ayuda de bacterias insertarle la sustancia terapéutica o de uso industrial, trabajo que les demandó una investigación de casi 20 años.
Los nanocristales obtenidos son estructuras de proteínas que a su vez albergan otras proteínas. Esta especie de cápsulas tiene la ventaja de ser resistente al calor. Ello representa un gran avance para preservar las vacunas ya que podrán diseñarse con la capacidad de soportar temperaturas ambientales y humedad alta al mismo tiempo que las conserva activas hasta por 10 años.
En el corto plazo, expone Vaca Domínguez, se buscarán empresarios que deseen adquirir o licenciar la tecnología, no obstante, señala que ya ha tenido acercamientos con empresas farmacéuticas internacionales de salud humana y animal que muestran interés en el desarrollo.
En cuanto a su empleo el científico indica que los cristales pueden ser utilizados para manufacturar vacunas destinadas a proteger al humano contra hepatitis o influenza. En el campo veterinario ya han sido utilizadas con éxito para atacar la enfermedad de Aullesqui, la cual provoca la muerte de los cerdos.
Luis Alfonso Vaca Domínguez señala que los agentes infecciosos de insectos han evolucionado durante 50 millones de años, tiempo en el cual lograron desarrollar la especie de cápsula, ahora bajo estudio, con un tamaño no mayor de cinco micras.
El equipo de investigación tuvo que recurrir a técnicas de biología molecular, modificaron y clonaron los genes de la proteína del virus que ataca en especial al gusano de la Seda. Con el material resultante produjeron nanocristales y los modificaron para que aceptaran albergar los antígenos necesarios para inmunizar a seres humanos.
Asegura el científico que al cambiar los aminoácidos en la estructura de la proteína del “autographa californica” es posible cambiar el tamaño y tamaño del cristal, y con ello controlar el periodo de liberación de la vacuna en la sangre.
La tecnología para crear las vacunas con nanocristales es mexicana y tiene su patente en el Instituto Mexicano de Protección Industrial (IMPI), gracias al apoyo del ICyTDF.
El equipo que se convirtió en uno de los máximos atractivos del evento “Vanguardia Tecnológica 2012, 2 Feria de la Innovación Tecnológica de la Ciudad de México” tiene nuevos planes para este proyecto, entre los que figura la creación de vacunas útiles para conservar la salud incluida la de la influenza AH1N1. *Con información del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF). @icytdf
A través de su ponencia Innovación en Vacunas: Nanocristales genéticamente codificados, explicó que el desarrollo de su tecnología se sustenta en el uso de los (Baculovirus) una familia de virus infectivos para invertebrados, que incluso son utilizados como bioplaguicida, caracterizados por la elaboración de cristales microscópicos en los cuales se resguardan por años.
“Esta tecnología la llamamos Proceso Universal, pues permite obtener y preservar en el interior de los cristales diversas proteínas o enzimas para uso humano, industrial o veterinario. Su ventaja es que permite producirlos en forma masiva a un bajo costo, de igual modo, posibilita obtener una sustancia altamente purificada, esto último es muy importante ya que garantiza la eliminación de contaminantes es un proceso sumamente costoso”, explicó el miembro del Instituto de Fisiología de la UNAM.
Vaca Domínguez refirió que el desarrollo consistió en determinar y aislar el gen que produce los cristales y con la ayuda de bacterias insertarle la sustancia terapéutica o de uso industrial, trabajo que les demandó una investigación de casi 20 años.
Los nanocristales obtenidos son estructuras de proteínas que a su vez albergan otras proteínas. Esta especie de cápsulas tiene la ventaja de ser resistente al calor. Ello representa un gran avance para preservar las vacunas ya que podrán diseñarse con la capacidad de soportar temperaturas ambientales y humedad alta al mismo tiempo que las conserva activas hasta por 10 años.
En el corto plazo, expone Vaca Domínguez, se buscarán empresarios que deseen adquirir o licenciar la tecnología, no obstante, señala que ya ha tenido acercamientos con empresas farmacéuticas internacionales de salud humana y animal que muestran interés en el desarrollo.
En cuanto a su empleo el científico indica que los cristales pueden ser utilizados para manufacturar vacunas destinadas a proteger al humano contra hepatitis o influenza. En el campo veterinario ya han sido utilizadas con éxito para atacar la enfermedad de Aullesqui, la cual provoca la muerte de los cerdos.
Luis Alfonso Vaca Domínguez señala que los agentes infecciosos de insectos han evolucionado durante 50 millones de años, tiempo en el cual lograron desarrollar la especie de cápsula, ahora bajo estudio, con un tamaño no mayor de cinco micras.
El equipo de investigación tuvo que recurrir a técnicas de biología molecular, modificaron y clonaron los genes de la proteína del virus que ataca en especial al gusano de la Seda. Con el material resultante produjeron nanocristales y los modificaron para que aceptaran albergar los antígenos necesarios para inmunizar a seres humanos.
Asegura el científico que al cambiar los aminoácidos en la estructura de la proteína del “autographa californica” es posible cambiar el tamaño y tamaño del cristal, y con ello controlar el periodo de liberación de la vacuna en la sangre.
La tecnología para crear las vacunas con nanocristales es mexicana y tiene su patente en el Instituto Mexicano de Protección Industrial (IMPI), gracias al apoyo del ICyTDF.
El equipo que se convirtió en uno de los máximos atractivos del evento “Vanguardia Tecnológica 2012, 2 Feria de la Innovación Tecnológica de la Ciudad de México” tiene nuevos planes para este proyecto, entre los que figura la creación de vacunas útiles para conservar la salud incluida la de la influenza AH1N1. *Con información del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal (ICyTDF). @icytdf
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