Buscan científicos en México controlar las crisis epilépticas con estimulaciones eléctricas.
La epilepsia es una enfermedad crónica caracterizada por uno o varios trastornos neurológicos que deja una predisposición en el cerebro para generar convulsiones recurrentes, que suele dar lugar a consecuencias neurobiológicas, cognitivas y psicológicas. Las convulsiones son eventos súbitos caracterizados por una anormal y excesiva o bien sincrónica actividad neuronal en el cerebro. Las causas suelen ser varias como lesiones cerebrales, meningitis, tumores y actividad eléctrica anormal sin que exista daño estructural.
La vida de una persona puede verse marcada por la epilepsia después de una primera convulsión en la cual pierde el sentido y su cuerpo manifiesta reacciones violentas. También puede presentar desviación de la mirada y gesticulaciones involuntarias de los labios. Una situación crítica como la descrita puede generar lesiones en lengua o cualquier parte del cuerpo y siempre provoca angustia la cual, es mayor, cuando la incertidumbre hace presa de los familiares durante el tiempo que se llevan los estudios clínicos.
Si el evento se presenta en menores en edad preescolar (hasta los seis años) con lapsos mínimos de un minuto y máximos de dos, acompañados de un cuadro infeccioso y temperatura súbita, se puede pensar en crisis febriles. Si en ese mismo caso se prolongan más de dos minutos de la pérdida de conciencia se puede tratar de crisis febriles complejas o un foco epiléptico activado. En este caso resulta necesaria hospitalización, estudios como tomografía y encefalograma para descartar epilepsia y tratamiento farmacológico el cual suele prolongarse dependiendo del resultado. Los casos de crisis febriles diagnosticados suelen remediarse con la edad y un corto tratamiento preventivo para impedir lesiones en el cerebro.
Si las convulsiones se presentan sin causa aparente es más común que se trate de un foco de epilepsia el cual requiere o una riesgosa operación o un tratamiento indefinido con fármacos. La vida de una persona con epilepsia puede ser normal hasta cierto punto con algunas reservas. Por ejemplo, no pueden conducir un vehículo ni realizar actividades con maquinaria o cosas que pongan en peligro su integridad física y la de los demás.
También se pueden llegar a presentar crisis en estado de conciencia con lo que los pacientes sufren mucho. Se caracterizan por estados de ansiedad extremo con movimiento involuntario de alguna extremidad como brazos o pies. ¿Pero, que es lo que la comunidad científica hace para buscar alternativas a una cirugía o un tratamiento indefinido que no siempre es exitoso?
Actualmente en México existen propuestas y apuestas como la de un grupo de especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) que se ha dado a la tarea de buscar opciones en ciertas plantas y en la estimulación magnética. Consideran necesarias alternativas debido a que en promedio 40% de los pacientes con ese mal, que ascienden hasta un dos por ciento de la población mundial, tienen resistencia a fármacos lo cual hace imposible su tratamiento.
Luisa Lilia Rocha Arrieta, del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), hace referencia a diversos tipos de tratamientos sobre los que se investiga. Se enfocan en la investigación de plantas medicinales como las empleadas por nuestros antepasados, las cuales no se sabe todavía si son efectivas contra la epilepsia como hacen referencia los aztecas en sus códices.
Considera necesario confirmar la efectividad de esas plantas para ver si es posible diseñar sustancias diferentes y más baratas que las fabricadas en el extranjero. Además, También se trabaja estimulaciones eléctricas de muy baja intensidad para activar los sistemas endógenos del cerebro y reactivar los sistemas protectores en contra de las crisis epilépticas.
“La investigación se encuentra a la mitad del camino, estamos colaborando con otros investigadores; por ejemplo, con la Universidad de Rhode Island, se evalúa el efecto de la estimulación sobre el cuero cabelludo; con esto el paciente podría aplicarse la estrategia en el momento de sentir una crisis epiléptica”. Con especialistas de Brasil, indicó, se evalúa la forma en que el ejercicio físico puede reducir la intensidad de las crisis; son las dos estrategias lo más cercanas a ser aplicables en el ser humano; sin embargo, se debe comprobar con mucho trabajo su efectividad, primero en animales y después en pacientes.
Entre las vertientes de investigación también se encuentra en la producción de células madre capaces de producir sustancias inhibitorias o antiepilépticas. La investigadora del Cinvestav Sede Sur Luisa Lilia Rocha Arrieta agrega que en México se deben desarrollar estrategias para que los enfermos no destinen tantos recursos en sus tratamientos.
Cree la especialista en la necesidad de nuevas estrategias terapéuticas debido a que existen pacientes que a pesar de tomar sus medicamentos conforme a lo estipulado por un médico siguen convulsionando y eso representa un problema de salud grave. La epilepsia es un conflicto de tipo social, económico, familiar y médico complicado, porque los pacientes van a requerir de un tratamiento especial sin resultados totalmente satisfactorios, concluye la especialista.
La vida de una persona puede verse marcada por la epilepsia después de una primera convulsión en la cual pierde el sentido y su cuerpo manifiesta reacciones violentas. También puede presentar desviación de la mirada y gesticulaciones involuntarias de los labios. Una situación crítica como la descrita puede generar lesiones en lengua o cualquier parte del cuerpo y siempre provoca angustia la cual, es mayor, cuando la incertidumbre hace presa de los familiares durante el tiempo que se llevan los estudios clínicos.
Si el evento se presenta en menores en edad preescolar (hasta los seis años) con lapsos mínimos de un minuto y máximos de dos, acompañados de un cuadro infeccioso y temperatura súbita, se puede pensar en crisis febriles. Si en ese mismo caso se prolongan más de dos minutos de la pérdida de conciencia se puede tratar de crisis febriles complejas o un foco epiléptico activado. En este caso resulta necesaria hospitalización, estudios como tomografía y encefalograma para descartar epilepsia y tratamiento farmacológico el cual suele prolongarse dependiendo del resultado. Los casos de crisis febriles diagnosticados suelen remediarse con la edad y un corto tratamiento preventivo para impedir lesiones en el cerebro.
Si las convulsiones se presentan sin causa aparente es más común que se trate de un foco de epilepsia el cual requiere o una riesgosa operación o un tratamiento indefinido con fármacos. La vida de una persona con epilepsia puede ser normal hasta cierto punto con algunas reservas. Por ejemplo, no pueden conducir un vehículo ni realizar actividades con maquinaria o cosas que pongan en peligro su integridad física y la de los demás.
También se pueden llegar a presentar crisis en estado de conciencia con lo que los pacientes sufren mucho. Se caracterizan por estados de ansiedad extremo con movimiento involuntario de alguna extremidad como brazos o pies. ¿Pero, que es lo que la comunidad científica hace para buscar alternativas a una cirugía o un tratamiento indefinido que no siempre es exitoso?
Actualmente en México existen propuestas y apuestas como la de un grupo de especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) que se ha dado a la tarea de buscar opciones en ciertas plantas y en la estimulación magnética. Consideran necesarias alternativas debido a que en promedio 40% de los pacientes con ese mal, que ascienden hasta un dos por ciento de la población mundial, tienen resistencia a fármacos lo cual hace imposible su tratamiento.
Luisa Lilia Rocha Arrieta, del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), hace referencia a diversos tipos de tratamientos sobre los que se investiga. Se enfocan en la investigación de plantas medicinales como las empleadas por nuestros antepasados, las cuales no se sabe todavía si son efectivas contra la epilepsia como hacen referencia los aztecas en sus códices.
Considera necesario confirmar la efectividad de esas plantas para ver si es posible diseñar sustancias diferentes y más baratas que las fabricadas en el extranjero. Además, También se trabaja estimulaciones eléctricas de muy baja intensidad para activar los sistemas endógenos del cerebro y reactivar los sistemas protectores en contra de las crisis epilépticas.
“La investigación se encuentra a la mitad del camino, estamos colaborando con otros investigadores; por ejemplo, con la Universidad de Rhode Island, se evalúa el efecto de la estimulación sobre el cuero cabelludo; con esto el paciente podría aplicarse la estrategia en el momento de sentir una crisis epiléptica”. Con especialistas de Brasil, indicó, se evalúa la forma en que el ejercicio físico puede reducir la intensidad de las crisis; son las dos estrategias lo más cercanas a ser aplicables en el ser humano; sin embargo, se debe comprobar con mucho trabajo su efectividad, primero en animales y después en pacientes.
Entre las vertientes de investigación también se encuentra en la producción de células madre capaces de producir sustancias inhibitorias o antiepilépticas. La investigadora del Cinvestav Sede Sur Luisa Lilia Rocha Arrieta agrega que en México se deben desarrollar estrategias para que los enfermos no destinen tantos recursos en sus tratamientos.
Cree la especialista en la necesidad de nuevas estrategias terapéuticas debido a que existen pacientes que a pesar de tomar sus medicamentos conforme a lo estipulado por un médico siguen convulsionando y eso representa un problema de salud grave. La epilepsia es un conflicto de tipo social, económico, familiar y médico complicado, porque los pacientes van a requerir de un tratamiento especial sin resultados totalmente satisfactorios, concluye la especialista.
Comentarios
Publicar un comentario