jueves, 15 de septiembre de 2011

Pez diablo o plecostomus: lastiman a turistas y a la economía del sector pesquero. Parte II

Los famosos plecostomus o peces diablo son, en parte, responsables de que las comunidades de algas se vuelvan en contra de su medio en un efecto de tipo “marea roja” que roba el oxígeno del agua. Los seres humanos también se ven afectados por los peces diablo. Turistas son lastimados por plecostomus al meterse al agua de ríos y zonas recreativas como los balnearios de Palenque.

Los productores de peces para consumo humano se ven seriamente afectados por la presencia de plecostomus como es el caso de la presa El Infiernillo, en México. Rompen sus redes y acaban con las poblaciones de peces que les permiten ganarse la vida. Ello se traduce en menos ganancias económicas y desempleo. Como alimento, el plecostomus no es apreciado, sin embargo existen tantos. Pero… ¿cómo llegan a causar tanto daño fuera de su hábitat natural? ¿Cómo salieron de la cuenca del Amazonas a otros países?

Son variadas las vías de introducción en ríos, lagos, lagunas y esteros. Primeramente se debe saber que los plecostomus son peces apreciados en acuarios debido a que se comen los excesos de alimentos y mantienen limpia de algas las peceras de los aficionados a la acuariofilia. De allí, que para cubrir la demanda de esa especie exótica, se tenga que criar en unidades de producción acuícola. De esos lugares suelen escapar y salirse de control. En algunos casos, también son introducidos como agentes de control biológico sin tomar en cuenta las consecuencias negativas. En otras ocasiones son extraídos de las peceras para ser liberados por aficionados ecológicamente mal orientados.

Son varias las medidas tomadas para el control de los peces diablo. Por ejemplo, en la presa El Infiernillo, se busca procesarlos para hacer alimento seco para las granjas acuícolas. Se han organizado campañas para evitar la liberación de plecostomus en ríos y lagos. Debe quedar claro que toda especie exótica que llega a un nuevo hábitat puede establecerse sin control a no encontrar depredadores con los que coevolucionaran.

En el acuario…
Los aficionados a la acuariofilia consideran un gran aliado al plecostomus. Su presencia es un excelente método de control de algas sobre la arena, grava, cristales o superficies decorativas en el interior del estanque. A diferencia de lo que pudiera pensarse, al ser una plaga de rápida expansión, requieren de cuidados para mantenerse sanos y útiles en la pecera. Se sugieren sustratos o troncos parecidos a los de su lugar de origen. Incluso se venden alimentos especiales de fondo para cumplir con sus requerimientos nutricionales.

Es recomendable introducirlos a las peceras cuando tienen un tamaño pequeño pues de esa forma no atacarán a los otros peces. Es importante tomar en consideración que se pueden pegar a las mucosas de peces lentos como los japoneses lo cual los puede matar. Es necesario tomarlos cuidadosamente con una red debido a que sus espinas se pueden clavar en la piel humana y ocasionar graves lesiones. Al momento de venderlos se les coloca con doble o tripe bolsa, pues suelen romperla.

Los plecos en peceras son importantes para mantener un acuario limpio y agradable a la vista pues, de lo contrario, la proliferación de materia orgánica puede demeritar en suciedad y enfermedades en el acuario. Debido a su utilidad son criados en estanques de los cuales suelen escapar para contaminar ríos y lagos.

¿Y el pez diablo de los esotéricos?

Muchas son las historias sobre peces parecidos al demonio. Algunos dicen, incluso, que son extraterrestres y los quieren hacer pasar por una representación demoniaca. Fuera de todas esas historias se debe de saber que el “pez Guitarra” o Rhinobatos sí puede tener una imagen perturbadora debido a su fisonomía, pero es una especie acuática más. Los rinobátidos (Rhinobatidae) son una familia de elasmobranquios del orden Rajiformes conocidos vulgarmente como rayas o peces guitarra. Parte I

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