viernes, 16 de septiembre de 2011

Pez diablo o plecostomus; el Rhinobatos, con una imagen espectral, es inocente. Parte I

¿Existe el pez diablo? Sí… ¿Esa es la respuesta que esperabas?... Es real su existencia ya que de esa forma se le denomina a los plecostomus, peces pertenecientes a la familia Loricariidae, de la cual son conocidas más de 680 especies en todo el mundo. Es claro que no hacemos referencia al satanizado “pez Guitarra” o Rhinobatos.

El pez Guitarra, especie protegida en Rusia, es utilizada por esotéricos como un representante del demonio debido a su desconcertante imagen. La realidad es que han “robado” un nombre que la ciencia ha destinado a un pez considerado una plaga en ríos, lagunas y esteros; y una útil herramienta para acuaristas; el pleco “limpiapeceras”.

El Rhinobatos no recibe el nombre de Pez Diablo en los libros ni tratados de ciencia, de la misma forma en que en esoterismo nunca mencionarán al plecostomus ya que terminarían con el mito. Los verdaderos peces diablo son una de las mayores amenazas para la biodiversidad de los sistemas acuáticos continentales, las pesquerías de agua dulce, y las zonas turísticas.

Al igual que las pirañas los plecostomus son nativos del Amazonas en Sudamérica, lo cual explicaría que tengan fuertes espinas y un cuerpo blindado con placas óseas que los protegen de los depredadores de su mismo hábitat.

Se expanden rápido en ecosistemas acuáticos con condiciones parecidas a las de su lugar de origen, lo cual les permite invadir diversas zonas del planeta. Son considerados exóticos desde el momento en que se localizan en ecosistemas acuáticos ajenos el suyo. Tal es el caso de México en el que fueron vistos por primera vez en estado libre en 1995. Primero aparecieron en el río Balsas; posteriormente en Tecpatán, el Grijalva y localidades en Villahermosa, Tabasco.

También han llegado a Texas, Florida y Hawai en Estados Unidos, Taiwan, Filipinas, Japón y Singapur. El porqué llegaron hasta esos lugares tiene varias respuestas. Principalmente por su morfología que los convierte en una especie invasora perfecta. Su comportamiento y fisiología acentúan desde luego su potencial expansivo. Se reproducen fácilmente y son territorialmente agresivos.

Su crecimiento es veloz. Algunos ejemplares pueden llegar a medir casi un metro de largo y pesar más de tres kilogramos. Con ese tamaño y su comportamiento alimenticio y reproductivo destruyen a otras especies de las zonas a las que llegan a invadir. Además, son extremadamente adaptables a diferentes condiciones de agua como la salinidad y la falta de oxígeno. Su estómago tiene gran cantidad de vasos sanguíneos que les permiten respirar aire atmosférico en condiciones de hipoxia y resistir desecación por días. Además, soportan la falta de oxígeno debido a sus altos niveles de glucosa y lactato.

Con un "chupón"...
La boca de los plecostomus es similar a un chupón que les permite fijarse a sustratos naturales y resistir corrientes de agua de gran velocidad. Sus ojos les facilitan ver en la obscuridad por lo que son particularmente nocturnos. Con todo, son de movimientos lentos, lo que los convierte en presa atractiva para algunas aves las cuales mueren al impactarse con sus peligrosas espinas dorsales.

Las especies acuáticas, muchas veces endémicas, de los cuerpos de agua epicontinentales invadidos, son desplazadas por los peces diablo. Se comen sus huevos, su alimento y les contagian enfermedades que no se encuentran en condiciones de combatir. También dañan la vegetación nativa al desplazarse en grandes cardúmenes, lo cual impacta negativamente sobre los hábitos reproductivos de otras especies. Los plecostomus también afectan la estabilidad de las riveras al cavar galerías de hasta metro y medio de profundidad. Parte II

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1 comentario:

  1. INTERESANTE LA HISTORIA DE COMO FUE INTRODUCIDO EL PLECOSTOMUS A MÉXICO, ME GUSTARÍA CONOCER MÁS SOBRE EL TEMA

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