lunes, 5 de abril de 2010

Ciclo UNAM (1) Proponen parche anticonceptivo para varones; sería una tercera opción.

En materia de anticoncepción, los hombres cuentan apenas con dos alternativas: la vasectomía y el condón. La primera, consiste en una cirugía prácticamente irreversible; el segundo, es una barrera de látex que en ocasiones produce alergias o irritaciones, “entonces, ¿por qué no pensar en otras opciones?”, se preguntó Francisco Javier Jiménez Trejo, quien actualmente realiza una segunda estancia posdoctoral en la Facultad de Química de la UNAM.

Con una maestría en Ciencias Biológicas, un doctorado en Ciencias de la Producción y de la Salud Animal y con un primer posdoctorado en el Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina, al realizar estudios con ratas, el veterinario constató algo que recientemente se comienza a sugerir en la literatura médica: el sistema reproductivo masculino y el sistema seritoninérgico se encuentran íntimamente ligados; e inmediatamente pensó, “¿y si desarrollo un parche anticonceptivo masculino a partir de algún análogo de la serotonina?”

“Los anticonceptivos siempre son más agresivos para la mujer que para el hombre, sea porque desestabilizan su sistema hormonal o porque son más intrusivos; y los masculinos (vasectomía y condón), aunque son buenas opciones, no convencen a todos, por lo que me propuse desarrollar un adhesivo cutáneo que liberara gradualmente una sustancia que permitiera a los varones llevar su vida sexual, de manera responsable y monógama, hasta que finalmente decidan junto con su pareja que es el momento adecuado de engendrar”.

Con esta línea de investigación, Jiménez Trejo ha tocado las puertas de varios laboratorios médicos en busca de apoyo, pero hasta el momento no se ha concretado nada, “probablemente porque el mercado de métodos femeninos está muy bien posicionado y no conviene desarrollar alternativas como ésta, por eso he decidido seguir con mis investigaciones aquí, en la UNAM”.

Hasta el momento, los experimentos con ratas han sido alentadores y el veterinario dice que las cosas van por buen camino, “aunque falta afinar algunos detalles, como el de los protocolos de investigación o el realizar más pruebas, porque dar el salto de un trabajo con animales a un producto diseñado para el humano no es nada fácil, y además lleva mucho tiempo”.

La serotonina puede ser la clave…
Al mencionar la palabra serotonina, lo primero que piensan los médicos es en un neurotransmisor tan estrechamente ligado a los estados de ánimo humanos, que medicamentos como el Prozac (o fluoxetina) aminoran sensiblemente los cuadros depresivos al evitar la rápida reabsorción de esta hormona. Sin embargo, existe evidencia de que esta monoamina regula diferentes funciones reproductivas; por ejemplo, si sus niveles disminuyen, la pubertad en los mamíferos machos se retrasa, y cuando los niveles en el plasma son muy altos en los humanos, se produce azoospermia, “es decir, infertilidad”.

Además, aclaró el docente, esta sustancia juega un papel muy importante en los procesos de maduración espermática y parece que también en el mantenimiento de las células germinales del testículo. “Por esta razón, hemos optado por desarrollar un parche adhesivo a partir de un análogo de la serotonina, que se colocaría cerca de los testículos”, expuso.

“Esta opción ha sido poco explorada hasta ahora, pero abre nuevos horizontes, porque nuestros estudios sugieren que la enzima sintetizadora de serotonina está presente en los genitales masculinos; además, ahora sabemos que la cabeza del epidídimo —un tubo estrecho y alargado a un lado del testículo, por donde pasan los espermatozoides para concluir su proceso de maduración— cuenta con un sistema seritoninérgico propio”.

A partir de estos datos, Jiménez Trejo y su equipo de colaboradores han comenzado a explorar dos posibles vías para evitar los embarazos no deseados, ya sea a partir de una sobredosis de este neurotransmisor en los genitales, o al provocar una supresión total del mismo.

“El punto medular es atacar este sistema, pero a nivel local, ya sea en el testículo o en la cabeza del epidídimo. De esta manera, lograríamos que los espermatozoides no maduraran y afectaríamos su motilidad, evitando de esta manera que se den ciertos procesos que tienen lugar en el tracto reproductor femenino, donde se produce la fecundación”.

Esta serie de descubrimientos quizá hagan posible, en un futuro cercano, desarrollar lo que se conoce como “un método anticonceptivo ideal”, es decir efectivo, económico, seguro, reversible y de fácil aplicación, lo que proporcionaría una herramienta más para abatir los altos índices de embarazos no deseados que se registran cada año, y que según cifras de la Organización Mundial de Salud (OMS) alcanzan un 25 por ciento del total en el mundo, y hasta un 40 por ciento en México.

Sin embargo, por el momento se debe explorar más con la serotonina, porque se trata de una neurohormona que puede tener efectos inesperados a nivel emocional o sexual, es decir, “tanto en el cerebro humano, como en el testículo y el epidídimo”.

Texto y foto: Dirección General de Comunicación Social de la UNAM. Información seleccionada para el compendio de Mundo y Tecnología...

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