Una de las especies animales más sorprendentes del planeta son los ajolotes. Aparecen en muchos acuarios del mundo aunque son nativos de los canales de Xochimilco. Esos animalitos cuya especie en términos científicos se conoce como (A. Mexicanum) son particularmente feos o hermosos, según el punto de vista de la persona que los califique. De apariencia tranquila y de forma fálica nunca completan su metamorfosis, lo que les confiere su originalidad y destacada posición en el reino animal.
En realidad se trata de una casi derrotada especie anfibia que predominó en la cuenca del Valle de México. Se encuentran al borde de la extinción debido a la mancha urbana, la introducción de peces en su medio y la contaminación. Por ello, se pronostica que desaparecerán en una década si no se toman medidas adecuadas al respecto. Su situación actual es tan extrema que sólo aparecen en algunas zonas limitadas en la, ya de por si, pequeña zona de la que son originarios.
Los ajolotes son en realidad larvas acuáticas que frenaron su curso natural de desarrollo. Es decir, desafiaron las leyes de su propia naturaleza ya que nunca llegan a convertirse en lo que realidad deben de ser: la salamandra Tigre. Pese a su estado larvario, se pueden reproducir, fenómeno al que se le conoce como neotenia, la cual los hace verdaderamente fascinantes.
Una de las historias más sorprendentes, terroríficas y con tintes de leyenda tiene su origen en las creencias populares. Se dice que por su forma de falo se llegan a introducir en la vagina de las mujeres sin que se den cuenta, situación que desde luego es totalmente ilógica.
La mayoría de los ajolotes son negros y tienen cuatro extremidades dotadas de pequeños dedos, una cola comprimida de forma lateral y unas agallas con crecimiento hacia afuera de sus cuerpos. Tienen además un sistema nervioso muy largo y un corazón de gran complejidad y perfección que atrae a la comunidad científica en búsqueda de soluciones médicas.
Es común ver estos animales de color albino en páginas de internet y revistas, pero quien en realidad lo tenga en su poder y capturado en estado natural se debe de sentir muy afortunado ya que sólo existe en promedio uno entre cada millón de ejemplares y, tomando en cuenta lo mermado de su población, es posible que ya no existe ninguna en Xochimilco para cuando se publique esta información.
El ciclo vital de los ajolotes es simple. Se reproducen en invierno en los meses de diciembre, enero y febrero que es cuando desciende la temperatura. Cada hembra llega a poner de entre 600 y mil 500 huevecillos. Posteriormente salen las larvas y se llegan a su edad adulta por lo regular en un año. En acuarios pueden vivir hasta 30 años pero en su único medio natural, los canales de Xochimilco, sólo tres debido a la gran cantidad de especies exóticas de peces y la contaminación.
Muchos son los intentos para evitar la extinción de esta especie. Destacan los del Grupo de Investigación de Ajolotes de Xochimilco (GIA-X). Han protegido y restringido el paso de especies de peces como la tilapia en ciertos canales de agua de Xochimilco al tiempo que han invertido en filtros naturales para mejorar la calidad del agua.
No saben con certeza si las medidas tomadas funcionarán, pero lo que sí no es opción es la introducción de ejemplares clonados y criados en colonias debido a que estarán mejor alimentadas y con enorme posibilidad de la presencia de una enfermedad causada por el hongo chytridiomycosis que terminaría por contagiar y exterminar a las colonias originales.
Mundo y Tecnología recomienda el siguiente sitio web: http://ajolote.ibiologia.unam.mx/ Fotografía cortesía: Pet.eden.com
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