Las alergias, sexta enfermedad más recurrente en el mundo: OMS.

En verano son comunes las consultas médicas por molesto flujo nasal, estornudos y comezón en la nariz. También por casos de ojos irritados, estreñimiento, cólico, tos seca, dermatitis e, incluso, inflamación de pies y brazos. Cuando se llega al médico recetan casi siempre cremas dermatológicas, antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos y analgésicos los cuales, en primera instancia, pueden ayudar a combatir los molestos síntomas.

Cuando un aparente cuadro gripal persiste después de varios días sin calentura o dolor es muy posible que se enfrente a un caso de alergia. Ojos rojos a pesar de medicamentos oftálmicos especializados o molestias digestivas como el reflujo en recién nacidos, pueden indicar intolerancia del organismo a ciertos alimentos o agentes del medio ambiente. Tal estado de salud parece que se ha convertido en los últimos años en una situación común en el mundo.

Muchas personas no saben que tienen alergias. Cuando se encuentran con médicos con verdadera ética profesional son enlistados para su detección en hospitales de alta especialidad como el de La Raza perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social. De esa manera se aseguran totalmente de un cuadro positivo de alergia. Muchos casos resultan negativos y muchos positivos, pero siempre es el primer paso que da un verdadero profesional de la medicina por el bienestar de un enfermo con enfermedades crónicas y recurrentes.

El tratamiento de cuadros alérgicos no es para nada económico y, sin embargo, el número de casos a nivel mundial ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a ubicar ese padecimiento en el sexto lugar de males más comunes en todo el planeta. Entre más pronto se obtenga un diagnóstico la posibilidad de cura es mayor. En cambio, si el problema no es atendido en tiempo y forma se puede agravar a extremos que pueden llegar a provocar la muerte en un instante como puede suceder con la ingesta de cacahuate.

La principal causa de los casos de alergia es genética. Si uno de los padres padece algún tipo de alergia la posibilidad de que sus hijos lo sean es de un 50 por ciento de probabilidades. Si los abuelos también lo fueron sube hasta 80%. El nacimiento prematuro es un factor también de riesgo. Cuando llega el momento de la ablactación y la introducción de alimentos como huevo, pescado, soya, trigo, avena, cebada y centeno puede presentarse algún cuadro alérgico alimentario.

Es preferente en edades tempranas de los niños no ofrecer frijoles y otras leguminosas como lentejas y habas. La miel de abeja tampoco es recomendable hasta después del año ya que las alergias se hacen evidentes cuando el organismo se hace hipersensible a una sustancia en particular conocida como “alérgeno”. Si se come, inhala o toca desencadena una serie de malestares debido a que obliga al sistema inmune a producir anticuerpos llamados IgE (inmonoglobulina) que a su vez propician la liberación de mediadores químicos como la histamina que es la que produce finalmente las molestias.

En realidad lo que hacen los medicamentos contra alergia como la loratadina es controlar el nivel de histamina producido en el cuerpo de la persona para de esa forma hacerla sentir mejor. Claro que esa no es la solución definitiva si no se acompaña de un verdadero tratamiento del problema.

Los principales síntomas de un exceso de histamina son lagrimeo y picor en los ojos. Secreción nasal con picor, estornudos, congestión y sobre todo comezón en el paladar después de estornudar. En cuestión dermatológica puede presentarse comezón, enrojecimiento, edema y eritema. Es común que los síntomas puedan confundirse con un caso de soriasis en la piel. A nivel pulmonar se presentan tos, silbidos, ahogos y molestias clásicas del asma. En casos de anafilaxia se presenta inflamación, dificultad respiratoria, mareos, pérdida de conocimiento y muerte.

Son cuatro los tipos de alergia más comunes: Alimentaria.- Los alérgenos en este caso pueden ser lácteos, frutas, cereales, carnes, maíz y verdura. También condimentos, colorantes y medicamentos como la penicilina y las vitaminas. Inhalatoria.- Esto es en los casos de esporas, polen, ácaros del polvo, mohos, hongos, humo y perfumes. Contacto.- Materiales como el látex utilizado en condones puede desencadenar reacción alérgica al igual que el algodón, lana, algunos químicos y animales. Inyectables.- En este caso se enlistan picaduras de insectos y animales, medicamentos, anestesias, antibióticos y medios de contraste como los utilizados en tomografías. Cualquier sustancia. Cualquier sustancia aún no mencionada puede ser factor de alergia.

Corrupción médica y alergias*
Algunos médicos, más no todos debe quedar claro, se ven inclinados a lucrar con la salud de las personas. El contubernio que pueden tener con los laboratorios farmacéuticos para recetar ciertos medicamentos y la venta personal a espaldas de laboratorios de muestras médicas no negociables se suman a la decisión de no poner un punto final a los padecimientos de pacientes alérgicos.

Personas que retornan a cada rato a un consultorio particular son un buen negocio. Un número elevado de enfermos en instituciones de salud pública no conviene mucho financieramente a los responsables de ese sector. Motivos como ese pueden orillar a ciertos médicos a evadir el tema de las alergias ya sea para ahorrar recursos o para tenerlos en abundancia. Existen casos de niños con reflujo que son operados sin necesidad porque su problema de fondo es una alergia.

Algunos galenos niegan su existencia. Pero, ¿con qué cara pueden hacerlo? si para la OMS es un problema de salud pública. Los tratamientos por tanto son negados por doctores que se han salido del rumbo de su ética profesional. Las alergias sí existen y se curan. La alimenticia se puede tratar con dietas de exclusión y la inhalatoria con inmunoterapia a través de vacunas inyectables.

* Texto de opinión sobre casos reales y entrevistas con médicos que prefieren mantenerse en el anonimato.