miércoles, 28 de abril de 2010

Los dos sueños cumplidos por el hombre; volar y conocer a fondo el mundo submarino.

Después de que el hombre descubriera que el aire caliente pesa menos que el frío, sólo fue cuestión de tiempo para que aparecieran los globos tripulados. En 1783, los hermanos Montgolfier volaron, en una demostración pública, un globo sobre París. Lo anterior fue posible debido a que la fuerza física generada con aire caliente dentro de un saco hermético es la misma que tiene una pelota sobre el agua.

La imaginación humana no tiene límites y se han fabricado globos aerostáticos con diversas formas dignas de concurso. Vacas, loros, personajes de "Las mil y Una Noches", tractores, edificios, elefantes y águilas, entre otras formas, han volado sobre el mundo. En algunos países, incluso México, se han desarrollado concursos creativos aprovechando las condiciones climáticas del verano.

En asuntos militares ocuparon un papel importante durante la Revolución Francesa y la Guerra de Secesión de Estados Unidos. En ambos conflictos bélicos los globos fueron utilizados para detectar los blancos de los ataques de la artillería al mismo tiempo que defendieron a las ciudades de las incursiones aéreas.

Resulta fascinante que un efecto físico haga posible al hombre volar. Un globo que se eleva por los aires es algo común en las historias fantásticas. Por lo regular, los globos tripulados están hechos de un material flexible fabricado con seda o caucho que les permite guardar el calor generado por un quemador. Para mantenerse en el aire es indispensable que la temperatura del interior del saco no descienda, lo cual es el principio para controlar la altura a la que se viaja.

La invención de los motores de combustión interna sumada a los conocimientos acumulados sobre globos dio lugar a los primeros dirigibles cuyo desplazamiento ya no dependía de corrientes de aire sino de la decisión de un conductor. Desafortunadamente, la estructura no era del todo segura y el hidrógeno utilizado en condiciones climatológicas adversas explotaba generando accidentes que cobraron la vida de muchas personas.

En la actualidad, si se busca bien, todavía es posible viajar en globo. Existen en el país paquetes especiales que incluyen transporte, cena, desayuno y viaje en estas fascinantes aeronaves. Ahora los globos son utilizados como pasatiempo o con fines publicitarios al igual que los dirigibles que en la actualidad se mueven con helio, un gas más seguro.

No solo volar, también conquistar el mundo marino.
Pero la inquietud del hombre no sólo era volar sino explorar la profundidad del mar. En realidad, fueron muchos los responsables de la aparición de los submarinos. Representan uno de los inventos más sorprendentes de los últimos tiempos debido a su capacidad para operar bajo el agua con opción de sumergirse o salir a flote a voluntad de sus operadores.

En la superficie del mar flotan como barcos y al sumergirse desaparecen de la vista para entrar en el medio submarino. Para ello, a los costados de este tipo de naves se encuentran depósitos especiales los cuales se llenan de aire para flotar y de agua para sumergirse. El control de la profundidad se consigue con ayuda de dispositivos llamados hidroplanos.

Atribuir la creación de esas maravillas tecnológicas submarinas a una sola persona resta mérito a otras. Son varios los nombres que se manejan. Por ejemplo, La Tortuga, el primer submarino utilizado en operaciones militares, era en forma de huevo y transportaba a un solo tripulante, fue diseñado en la década de 1770 por el ingeniero norteamericano David Bushnell.

En 1800, Robert Fulton construyó un submarino de 6.4 metros de largo al que bautizó como Nautilus. Era similar a los submarinos modernos pues tenía dos innovaciones clave, timones horizontales y verticales, además del uso de aire comprimido como fuente de oxígeno para la inmersión. Se desplazaba con una hélice manual de cuatro aspas y en el exterior se movía a través de velas sujetas a un mástil.

En 1864, el inventor español Narciso Monturiol desarrolló un sistema de propulsión a vapor, y para 1885 Isaac Peral ideó y equipó un submarino con un motor eléctrico alimentado por acumuladores especialmente diseñados por el mismo. Con el paso del tiempo se investigaron otras fuentes de energía, como la nuclear.

El primer submarino realmente práctico, con su propia fuente de energía eficiente, fue creado por el estadunidense John Philip Holland, quien utilizó un sistema de propulsión dual. Fue botado en 1898 y disponía de un motor de gasolina para moverse en la superficie y de un motor eléctrico para hacerlo bajo el agua. Fue comprado por el Gobierno de los Estados Unidos y denominado como "U.S.S. Holland".

No hay comentarios:

Publicar un comentario