Miedo, expectación, previsión o simplemente análisis o planeación estratégica genera en varios países la posibilidad de que la gripe aviar se convierta en una pandemia. Tal suceso acabaría con la vida de millones de seres humanos. La mortal gripe aviar por sí misma causa bastante daño. Si se uniera con el siempre cambiante virus de la gripe humana daría lugar a una nueva cepa con capacidad de mutar y de matar.
La Organización Mundial de la Salud siempre ha alertado al mundo sobre la posible expansión de un virus ya modificado. Por ejemplo, lo hizo tras la aparición de un caso sospechoso en Grecia, cuya cepa fue previamente localizada en Turquía y Rumania. En ese entonces, la Unión Europea llamó a la unión y al trabajo conjunto para evitar una pandemia de consecuencias terribles en nada comparadas con las generadas por los recordados huracanes "Katrina" o "Stan".
Las dos clases de virus que se pueden integrar en una sola cepa se encuentran plagados de "agujas", de las cuales se valen para invadir las mucosas de los organismos infectados. Una gripe humana no es mortal, pero su recurrencia ha llevado a la comunidad médica a buscar vacunas que ayuden a evitar el contagio. Lamentablemente no tuvieron resultados totalmente satisfactorios debido a la capacidad de mutación del agente infeccioso.
Si una persona contrajera los dos virus, el de la gripe humana y el de la aviar, se crearían las condiciones necesarias para que ambos agentes infecciosos compartieran su carga genética, dando origen a un nuevo virus con características de los dos. Es como si ambos "padres" engendraran un "monstruo" que amenazaría a la humanidad, pues si bien la gripe humana no es mortal, la aviar sí lo es, gracias a su capacidad de inflamar los pulmones hasta colapsarlos. Lo mismo hace con otros tejidos blandos.
El virus de las aves conferiría a la nueva cepa la perfecta capacidad de matar, y el otro, el de los seres humanos, el de la propagación. Una vez aparecida la nueva variante, la vía de contagio sería la misma que la de la gripe humana, un simple estornudo. Las posibilidades de supervivencia en el caso de una pandemia estarían supeditadas a la cantidad de medicamentos y a la velocidad en que se pudieran desarrollar, lo cual estadísticamente podría diezmar a la humanidad. Es importante decir que el consumo de carne de aves no sugiere riesgo para contraer la enfermedad, pues el tiempo de asado y cocción deja a la carne libre de cualquier peligro.
Es de recordar que el primer caso de infección del hombre por virus de la gripe aviar se produjo en Hong-Kong en 1997 en una persona que mantenía contacto estrecho con las aves infectadas vivas. Lo anterior alarmó a las autoridades sanitarias internacionales, pues demostraba que la gripe aviar podía transmitirse directamente al hombre.
Un gramo de estiércol contaminado contiene virus suficiente para infectar a un millón de aves, por lo que provoca importantes pérdidas económicas y comerciales. Muchas han sido las matanzas de animales infectadas. Pese a esas acciones, la Organización Mundial de la Salud señala que la aparición de otra pandemia de gripe es inevitable y posiblemente inminente. El brote de influenza AH1N1 enfrentó a lo desconocido a las autoridades de salud mundiales. En su momento pudieron llegar a pensar en el surgimiento de una pandemia de gripe aviar.
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