Integrantes de Alcohólicos Anónimos en entrevista dicen que la Organización Mundial de la Salud avala al alcoholismo como una enfermedad y un problema de salud pública. Más de la mitad de accidentes de tránsito, violaciones, asaltos, homicidios entre otros delitos son consecuencia social de la indiscriminada forma de beber. Afirman que el alcoholismo es una enfermedad ya que el organismo se hace adicto a la bebida con riesgo de coma etílico y aumenta el riesgo de cáncer en estómago, garganta, laringe y esófago además de envejecimiento prematuro.
Recientes investigaciones revelan que el alcohol invade más rápido el organismo de las mujeres que el de los hombres. Lo anterior es posible ya que se concentra más rápido en la sangre y viaja con mayor velocidad al cerebro a consecuencia del especial funcionamiento del aparato digestivo femenino. Científicos en Estados Unidos difundieron por televisión privada un experimento que comprueba la anterior afirmación.
Varios jóvenes fueron sometidos a dosis de bebidas alcohólicas semejantes y fueron monitoreados para tener control sobre las concentraciones de esta sustancia en el torrente sanguíneo. Uno de los principales hallazgos fue que las muchachas con la misma estatura y peso de sus compañeros seleccionados para la muestra de estudio se intoxicaban más rápido aún con el mismo número de copas en un mismo lapso de tiempo.
Lo anterior significa que los daños cerebrales y sus consecuencias como, lagunas de memoria, depresiones, epilepsia, delirios, psicosis e inseguridad personal o celos por la pareja, diagnóstico mejor conocido como celotipia, pueden ser más frecuentes en las tomadoras. Sumado a ello, la ingesta de leche en una persona alcoholizada puede acelerar la absorción de la bebida por el organismo lo cual puede desencadenar en consecuencias fatales.
El experimento confirmó una vez más que la ingesta de bebidas con alcohol, al igual que la de alimentos, no provocan en el momento preciso sensación de saciedad por lo que los bebedores continúan haciéndolo a pesar de que su organismo ya no puede procesarlo. En este extremo, el riesgo de sufrir un paro cardiaco o infarto cerebral es enorme. La sensación de euforia que provoca el consumo de alcohol no permite hacer caso de los estragos.
Próximamente este concepto estará en Twitter y Facebook.
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