lunes, 23 de noviembre de 2009

Llegan científicos a la "zona del crepúsculo" y encuentran nuevas formas de vida marina.

Las profundidades del mar resguardan formas de vida desconocidas debido a lo difícil que ha resultado su exploración en los últimos años. En la actualidad, para ser precisos, en los últimos días, los científicos que catalogan por primera vez la vida en los océanos tienen otra historia que contar. Han descubierto miles de nuevas especies que nacen, crecen y se reproducen a grandes profundidades y, por tanto, alejadas totalmente de la luz solar.

El Censo de la Vida Marina (CVM), un proyecto de importancia internacional, presentará el próximo año el primer listado de la vida oceánica para lo cual ya ha registrado 17 mil 650 especies encontradas a más de 200 metros de profundidad y otras 5 mil 722 que habitan a más de un kilómetro de profundidad definida como la "zona de crepúsculo", lugar donde no existe el proceso de fotosíntesis y, desde luego, la presencia de flora activa.

Especialistas afirman que la vida es muy diversa en las profundidades abisales. Se pueden localizar especies que llegan a vivir a profundidades de hasta 5 kilómetros. "La mayoría de los alimentos se producen en la superficie y caen al fondo donde no existe luz que permita su creación, pero proporcionan sustento a una increíble variedad de formas de vida", dice Mike Vecchione, del Instituto Smithsonian de Washington.

"Aunque el barro de los fondos profundos parece ser monótono y pobre en alimentos, ese barro monótono tiene la máxima diversidad de especies posible", señala el doctor Robert Carney, otro de los responsables del proyecto que estudia la vida a lo largo de los márgenes continentales del mundo.

Entre las criaturas más extrañas encontradas se encuentra un octópodo de dos metros de longitud que vive a un kilómetro y medio de profundidad en océano Atlántico. Fue bautizado como "Dumbo" debido a que tiene aletas largas con forma de orejas que utiliza para poder desplazarse en su medio.

También se documentó la existencia de un gusano marino que fue sorprendido mientras ingería crudo petrolífero, y una larva transparente que avanzaba con numerosos tentáculos. Ambos fueron encontrados en aguas profundas del Golfo de México.

Se han catalogado invertebrados multicolores, corales y erizos que son capaces de sobrevivir a un kilómetro de profundidad. Cabe destacar que la gran mayoría de las formas de vida recogidas de los fondos abisales son nuevas para la ciencia y que de los 680 especímenes de copépodos que se recogieron solo se conocían siete.

Con los hallazgos de nuevas especies marinas que viven en grandes profundidades surge una preocupación más. A unas semanas de haber constatado su existencia se encuentran en peligro por el cambio climático y la contaminación en el mar.

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