Ciclopía, defecto genético de consecuencias siempre mortales.

Las historias fantásticas de la mitología griega narran las aventuras de seres con un sólo ojo. Los cíclopes infunden temor por ser, casi siempre, los malos de la trama. El hecho de que nunca nos toparemos de frente con uno de ellos, no implica que tal deformidad sea únicamente una fantasía. Por desgracia existe, pero siempre con consecuencias fatales. La explicación científica es la mutación genética.

Ver seres humanos mutados no es algo raro. Ejemplos son algunos casos de obesidad, sordera o albinismo. El problema inicia desde la formación del feto, cuando se configura el organismo. El defecto de nacer con un ojo es conocido como ciclopía, una de las malformaciones del cerebro más graves que afecta en promedio a uno de cada 16 mil recién nacidos a consecuencia de la alteración de un gen conocido como erizo sónico.

El también llamado SHH, por sus siglas en inglés, es el encargado de informar a las células su ubicación, a través de una proteína denominada morfógena, para que después viajen por una especie de redes hasta su destino y culminar así la configuración del cuerpo. Una de las funciones importantes del SHH es la división del cerebro en dos hemisferios, el izquierdo y el derecho.

Una vez definidos los hemisferios cerebrales se hace posible la formación de los nervios ópticos y globos oculares, pero si se presentan mutaciones que inhiben la proteína emitida por el erizo sónico, se tendrá un cerebro de una sola pieza y, por tanto, un sólo ojo. Es por eso que un bebé cíclope evidencia desorden cerebral interno de consecuencias fatales.

La comunidad científica tiene comprobado que las plantas del género vedegambre y ballestera de Europa tienen en sus raíces alcaloides capaces de provocar ciclopía en ganado ovino y otros animales. Tampoco se descarta que la ingesta excesiva de alcohol pueda provocar malformaciones genéticas en la posición, tamaño y número de ojos, además de defectos en el ancho de la cara o distanciamiento entre oídos y fosas nasales.

Un claro ejemplo de ciclopía es el nacimiento de un bebé con ciclopía que nació en marzo de 2008 en La Paz, Bolivia y que sólo vivió 26 horas. El médico Santos Camacho, quien atendió el parto se mostró triste y sorprendido al igual que su familia.