martes, 1 de septiembre de 2009

Los hombres y las mujeres escuchan diferente.

En la foto, una escena de la exitosa saga de Harry Potter.
El sentido del oído varía en funcionamiento y también en vulnerabilidad en hombres y mujeres marcando una diferencia más entre ambos sexos. Al respecto, vale mencionar, que la pérdida de audición es un problema que se incrementó a partir de los años setenta, a consecuencia de un mundo cada vez más ruidoso plagado de aparatos de sonido, sirenas, motocicletas, etcétera. Todo derivado de la tecnología y el crecimiento de la población.

La mayoría de las personas, por herencia genética, está predispuesta a la pérdida auditiva que puede comenzar incluso desde los 15 años y se acentúa con la falta de aseo y exposición al ruido. Son varios los factores que inciden en la capacidad de oír, por lo que es recomendable asistir con un especialista de manera regular. La sordera, incluso, puede ser síntoma de tumores, infecciones u otras enfermedades.

Independientemente de las agresiones al sentido del oído, parece ser que el pertenecer al sexo masculino o femenino afecta de manera diferente la calidad auditiva. De acuerdo a estudios científicos el deterioro auditivo sobre todo en las frecuencias altas, por lo regular, inicia en los hombres a los 30 años y en las mujeres a los 50. Sin embargo, el sexo femenino a esa edad tiene menos capacidad que el masculino respecto a las frecuencias bajas.

Es sabido que la mayoría de las mujeres tiene gran habilidad para escuchar dos cosas al mismo tiempo. Lo anterior es cierto si se considera que los hombres, además del prematuro daño auditivo, al acercarse a los 35 años presentan una baja en la capacidad de interacción entre el hemisferio izquierdo y el derecho de su cerebro.

El daño biológico del sistema del oído bien podría compararse con el que presenta un lector láser o una aguja de diamante ya que al igual que esos dispositivos tecnológicos cumple una función, traducir impulsos en sonido o algo que pueda interpretarse como tal. El uso y el tiempo deterioran esos aparatos y luego no pueden realizar sus tareas de manera óptima. El cerebro es desde luego el receptor de los impulsos emitidos por el sentido del oído.

Las células sensoriales que constituyen parte importante del sentido del oído están dispuestas ordenadamente desde las frecuencias bajas a las altas cual fueran las cuerdas de un piano y se encuentran dentro de un compartimento, parte del sistema auditivo que conecta con un nervio que llega hasta el cerebro. La vibración a la que son sometidas con el ruido externo puede destruirlas gradualmente, pues al momento de la evolución el sentido del oído no se concibió para percibir el alto volumen de los productos de la sociedad moderna.

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