En terrenos pobres en nutrientes, con escaso o nulo nitrógeno asimilable y altos niveles de acidez, crece una de las manifestaciones de vida más sorprendentes, las plantas carnívoras. Su estructura es compleja, al extremo de realizar movimientos drásticos en fracciones de segundo para asegurar a sus presas.
Su espectacularidad lleva a muchas personas a volverse “amantes” de estas formas de vida, lo cual no representa un riesgo, ya que por su estructura biológica es imposible que puedan causar daño a organismos más grandes que un ratón y no son muchas las especies que contengan sustancias venenosas.
Se definen como plantas carnívoras a aquellos vegetales que atrapan, devoran y digieren insectos para dotarse de los nutrientes que las conservan con vida. Se estima que existe un promedio de 600 especies y todas producen a través de sus hojas hidratos de carbono.
Conocedores aseguran que para que se pueda considerar a una planta como carnívora debe cumplir al menos con tres características. En primera instancia, debe poder atraer a su presa por medio de olores, colores o secreciones. Tiene que contar con herramientas específicas para capturar a sus presas, como fosas, trampas bisagra o texturas pegajosas, y por último, la más importante, debe digerir su alimento. Infinidad de vegetales reúnen los dos primeros requisitos pero no el tercero, por el cual no se les puede considerar como tal.
En cuanto al tamaño son muy variadas, pueden medir desde un centímetro, como algunas droseras, hasta las subespecies de las nepentes, que suelen alcanzar como máximo diez metros de altura. Son plantas con bolsas llenas de líquido denominadas ascidios en las cuales atraen, atrapan y digieren su alimento.
Son famosos los ascidios sarracenias americanas que asemejan grandes tubos de interior resbaloso en los que las presas son arrastradas hacia el fondo a través de pelos dirigidos hacia abajo para evitar su escape. También son comunes las droseras o rosolis que tienen hojas con puntas erizadas en forma de una escobetilla y cuyas puntas segregan líquidos viscosos y transparentes para conseguir su alimento. También se encuentran las típicas dioneas que son aquellas que tienen hojas con largas espinas semejantes a dientes.
Bajo el agua también se pueden localizar. La lentibularia es una planta acuática sin raíces, en cuyas hojas y tallos se encuentran pequeñas vejigas con una capa cubierta de pelos sensitivos. Si organismos como las pulgas de agua e incluso larvas de mosquitos los tocan, un orificio se abre para dejar pasar el agua la cual arrastra a la desafortunada víctima.
En la actualidad es común ver plantas carnívoras incluso en tiendas de autoservicio y el mercado de Sonora. Por su vista exótica resulta atractivo tenerlas en un rincón de la casa como parte de la decoración.
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