sábado, 1 de octubre de 2011

Inconsistencias metodológicas en el estudio contra la serie de Bob Esponja.

Recientemente la Academia de Pediatría de Estados Unidos* recomendó poner límites a los niños menores de cuatro años respecto al tiempo que miran programas de televisión como Bob Esponja. En cuanto a los menores de dos años advirtió sobre el alto riesgo relacionado con la serie ya que podría generar grave déficit de atención.

Las decisiones tomadas por la (AAP)* se dieron luego de la publicación de los resultados de un estudio titulado “El impacto inmediato de los diferentes tipos de televisión en la función ejecutiva de los niños pequeños” liderado por Angeline Lillard, catedrática de Psicología de la Universidad de Virginia.

A partir de ese estudio se presume que la serie creada por el artista, animador y biólogo marino Stephen Hillenburg afecta la capacidad de atención de los niños menores de cuatro años. Tal resultado es alarmante y ha causado controversia aunque no debe de sorprender porque la serie no se encuentra psicológicamente desarrollada para niños pequeños cuyos periodos de atención son cortos y motivo de estudio de la pedagogía.

Los niños en edad preescolar son estimulados para aumentar su calidad y cantidad de atención. La serie de Bob Esponja en esta etapa no es recomendable porque ofrece historias en lapsos cortos de tiempo que no estimulan a los pequeños para cumplir ese objetivo, sino todo lo contrario, los acostumbra a asimilar un concepto de forma vertiginosa. Tal situación no existe en niños mayores de seis años debido a que su concentración es mayor cualitativa y cuantitativamente.

El especialista en desarrollo infantil del Hospital del Niño de Seattle, Dimitri Christakis, alerta acertadamente a los padres de familia sobre lo nocivos que pueden resultar los programas muy rápidos inadecuados para los pequeños menores de cuatro años. "Lo que los niños miran tiene gran importancia, no se trata de cuánto tiempo miran", enfatiza.

Bob Esponja es resultado de una planeación en la que la psicología juega un papel importante, función a la que se debe el éxito o el fracaso de un producto destinado a una gran audiencia. La serie cumple con ciertas características necesarias para su éxito. El tiempo de duración de cada historia, los colores, los diálogos, la presunta homosexualidad del personaje y hasta su nombre “Bob” son sólo algunos elementos formulados para atrapar al público.

Debe quedar claro que los resultados del estudio liderado por Angeline Lillard no dejan de ser una hipótesis y se necesita más trabajo de investigación. La muestra seleccionada del estudio de Angeline Lillard se encuentra compuesta por 60 niños y fue dividida en tres grupos. Se especifica que uno de los grupos derivados de la muestra no fue expuesto a la serie de televisión y únicamente se le entregaron lápices de colores para realizar un dibujo libre. A un segundo se le proyectó un cortometraje de Bob Esponja, un programa no considerado didáctico; y a un tercero se le expuso a Caillou, serie enfocada al desarrollo y aprendizaje en edad escolar.

Luego del proceso de investigación y la precisión de resultados Angeline Lillard advirtió que los dibujos animados de contenidos fantásticos y ritmo rápido son los que crean déficit de atención a los niños y eso no incluye únicamente a Bob Esponja.

Lo correcto era comparar a la serie de Bob Esponja con otra de las mismas características para decir que es “dañino”. Ante ello, la misma directora del estudio, Angeline Lillard, afirmó que la serie trasmitida por Nickelodeon desde 1999 no debe ser la única serie señalada. La experta afirmó que también se hallaron problemas similares en niños que miran otros programas de dibujos animados muy rápidos.

El estudio se encuentra limitado en varios aspectos. Los pequeños no habían sido sometidos a pruebas antes de mirar televisión. Ante ello, la investigadora Angeline Lillard señaló que ninguno de los niños estudiados había tenido problemas de concentración. Lo anterior no justifica científicamente sus resultados, pues un conocimiento previo también debe ser sometido rigurosamente a una metodología de investigación.

Entre otros errores en la metodología se encuentra el que la mayoría de niños analizados eran blancos y procedían de familias de clase media o adinerada; por otra parte, se seleccionaron niños de cuatro años cuando la audiencia meta del programa son niños de 11 años de edad. Los resultados deben de interpretarse como un consejo debido a que los periodos de atención de los niños de cuatro años son muy cortos y lo que se necesita son estrategias para incrementarlos. En realidad no es que Bob Esponja sea dañino. Lo que son malos para los niños en edad preescolar son los programas de dibujos animados vertiginosos.

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